¿Cómo afecta la enfermedad de la rabia a los perros?
En clínica veterinaria Argos tratamos numerosas enfermedades que afectan a las mascotas. Una de ellas es la rabia, una de las más peligrosas al tener una alta mortalidad, en especial en los perros. Si bien el riesgo de contagio es bajo en la actualidad, debemos estar preparados para saber reconocer los síntomas que provoca, para poder actuar a tiempo.
¿Qué es la rabia?
La rabia es una enfermedad que afecta a los mamíferos. El virus que la causa pertenece a la familia Rhabdoviridae y es una dolencia aguda de carácter infeccioso. Ataca al sistema nervioso central, provocando cefalitis y su mortalidad roza el 100 %.
La infección se transmite mediante mordiscos o si una secreción de un animal infectado cae sobre una herida abierta o una mucosa. Esto se debe a que el virus reside en la saliva y otras secreciones de los animales, lo que facilita su contagio de uno a otro. Además, debemos tener en cuenta que hay dos manifestaciones clínicas de la rabia: la furiosa y la paralítica.
La primera es común en mamíferos carnívoros y la segunda está presente en roedores y diferentes tipos de ganado, como es el caso del bovino o el equino. Ambas variantes se diferencian en el grado de actividad del animal. En la furiosa, se presenta hiperactividad y agitación, mientras que en la otra estos síntomas son más leves.
¿Cómo es la rabia en perros?
Los perros tardan entre tres y ocho semanas en incubar la enfermedad, aunque se han dado casos de un periodo mayor. Como ya hemos dicho, el sistema nervioso central y el cerebro son el objetivo principal del virus, lo que causa diferentes síntomas que podemos confundir con múltiples dolencias. Algunos de ellos son:
· Agresividad.
· Fiebre.
· Irritabilidad.
· Apatía.
· Vómitos.
· Parálisis.
· Salivación en exceso.
Además, el animal atravesará cuatro fases. En la primera, el virus permanecerá en incubación y no se notarán síntomas. Durante la segunda fase, la pondrómica, el animal empezará a cambiar su comportamiento, se morderá en lugares específicos y se volverá más retraído. La tercera fase es la más peligrosa, ya que el perro se vuelve agresivo y tratará de morder a cualquiera que se le acerque.
Llegados a la cuarta, se producen parálisis musculares en la boca y el cuello, así como aparición de espuma en las fauces. El animal termina por morir por insuficiencia respiratoria.
¿Cómo detectar la rabia y sus consecuencias?
La principal defensa frente a la rabia es la prevención, ya que su tasa de mortalidad ronda el 100 % de los casos. No existe un tratamiento para la enfermedad, por lo que es muy recomendable vacunar a nuestros perros para evitar las consecuencias fatales.
Si sospechamos que nuestra mascota puede haber contraído la enfermedad, lo primero que tenemos que hacer es examinarla en busca de mordeduras o arañazos. Esto lo haremos con guantes, para evitar contagiarnos. En caso de detectar síntomas o albergar dudas serias, lo recomendable es acudir al veterinario lo más pronto posible. En este periodo de tiempo, el perro no debería mantener contacto con otros animales o personas, para evitar contagios. No obstante, si actuamos rápido en caso de mordisco y limpiamos la zona con antiséptico, es probable que reduzcamos el riesgo de infección.
Protegerse frente a la rabia es fundamental, pues podemos contagiarnos por un mero despiste. Por desgracia, si se descubre que un perro la padece, este tendrá que sacrificarse.
En definitiva, en clínica veterinaria Argos apostamos por la prevención de la rabia. Al no existir una cura, es la forma más efectiva de evitar sus consecuencias. Siempre debemos mantener las vacunas de nuestros perros al día, para mantener su salud y ahorrarles padecimientos como el que causa esta enfermedad.