¿Cómo afectan los cambios de alimentación a los gatos?

Los gatos son animales de costumbres, especialmente a la hora de comer. Tienen la necesidad de sentirse seguros en su entorno y, precisamente, la rutina en la alimentación les ayuda a lograrlo. Por eso, desde nuestro veterinario en Albacete queremos explicar cómo afectan los cambios de alimentación a los gatos y que debemos tener en cuenta para evitar problemas de salud en nuestra mascota.

Consecuencias negativas de los cambios bruscos en la alimentación gatuna

Al contrario que los perros, los gatos tienden a comer solos y no se deja influir por la presencia ajena cuando lo hacen. No se da un factor de sociabilidad cuando el gato come. Sin embargo, necesita que el cambio de alimentación sea gradual. De lo contrario, influiremos negativamente en el bienestar del animal, ya que se trata de una criatura de costumbres.

Los cambios bruscos en la dieta desencadenarán tres problemas principales:

  1. Estrés.
  2. Miedo.
  3. Enfermedades.

El comportamiento del gato nos da pistas sobre su nivel de atracción hacia el alimento servido. Debemos fijarnos en dos conductas diferenciadas:

  • Cuando la comida le resulta atractiva, el gato lame y olfatea el comedero, se relame los labios y se limpia la cara.
  • Cuando el alimento no le atrae, tras lamer u olfatear la comida, se lame la nariz.

alimentación gatos

También hemos de prestar atención a la cantidad ingerida. Si lo servido le gusta, el hambre apenas influirá y el gato comerá mucho. Sin embargo, si no le agrada, solo comerá lo imprescindible.

Pero no te llames al engaño, ¡al gato le gusta cambiar de comida! Eso sí, siempre y cuando el nuevo alimento le guste más que el anterior. El efecto positivo de la novedad pasa en apenas 24 horas. A partir de ese momento, si persiste un cambio de comida negativo, las consecuencias negativas se activarán.

Estrés por el cambio de comida

Cuando un gato está afectado por el estrés, sufrirá dos síntomas evidentes: alopecia o pérdida de pelo y anorexia o falta de apetito. Si esta situación no se soluciona, puede derivar en diarreas, vómitos, estreñimientos, cistitis y formación de cristales en la orina.

También, el felino suele adoptar conductas estereotipadas o compulsivas, como acicalarse en exceso, ser agresivo o tensar con espasmos su espalda. Realizar sus necesidades fuera de los lugares asignados o abrir la boca exageradamente también son indicadores de estrés.

Miedo por una alimentación modificada

Es incluso peor que el gato termine asustado. En estos casos, el animal suele optar por esconderse, agredir de diferentes formas —con gruñidos, siseos, zarpazos, mordiscos, escupitajos, erizando el pelo…—, perder el control de esfínteres o quedarse inmóvil.

Enfermedades y problemas físicos derivados

Nos encontramos con una duda recurrente: ¿hasta qué punto los desajustes físicos en el gato son consecuencia de un cambio en la alimentación producido o del estrés? Los vómitos y las diarreas suelen ser consecuencias habituales de las alteraciones en la comida. Además, debemos recordar que el hígado de los felinos es muy sensible a ciertos alimentos. Por ello, si el animal deja de comer nuevos productos, no hay que forzarlo, pues los daños podrían llegar a ser irreparables.

Para leer más información sobre los alimentos que no debe comer un gato, puedes consultar otros artículos de nuestro blog.

alimento para gatos

Cómo implementar un cambio de alimentación para el gato

La alimentación influye muchísimo en la felicidad gatunaEl frío apenas afecta a los felinos; sin embargo, sus ingestas los condicionan poderosamente. Para modificar los menús, lo mejor es actuar siempre de una manera gradual de manera que nuestro felino esté siempre en forma.

En principio, el siguiente puede ser un plan de acción recomendable:

  • Los dos primeros días. Incluir un 25 % de la nueva comida y observar si el gasto sufre diarreas o vómitos.
  • Tercer y cuarto día. Poner una mitad de alimento nuevo y otra mitad del habitual. También observaremos cómo afecta a su aparato digestivo.
  • Quinto y sexto día. Tres cuartas partes de alimento nuevo y el 25 % restante de la comida de siempre.
  • Séptimo día y siguientes. Toda la ración de la nueva comida.

Los gatos pueden ir adaptándose a la nueva situación. Hemos de ser especialmente sensibles al cambiar la dieta de un gato.

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