¿Cómo detectar el estrés en tu gato?

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¿Notas a tu gato más irritable de lo normal? ¿Ha cambiado su comportamiento de forma repentina? Aunque los gatos suelen parecer independientes y relajados, lo cierto es que pueden sufrir muchos episodios de estrés, y no siempre es fácil identificarlo. Desde Clínica Veterinaria Argos, queremos ayudarte a comprender mejor este problema para que puedas detectarlo a tiempo y mejorar su bienestar. Porque sí, aunque a veces cueste creerlo… un gato también puede tener ansiedad o estar estresado.

Es un gato, ¿cómo va a tener estrés?

Lo primero que debes saber para combatir este temido estrés, es que los gatos deben vivir en un entorno muy saludable, en el que tengan acceso a todas sus necesidades, y las mismas estén cubiertas, pero que, al mismo tiempo, les parezca estimulante.

¿Por qué te decimos esto? Porque tu mascota debe ser capaz de desarrollar con naturalidad su parte más animal y saber enfrentarse y adaptarse a los cambios que están por venir. Vivir en un entorno que le incentive y motive, le ayuda a estar alerta para cualquier variación a la que tenga que hacer frente.

En cambio, si habita en un entorno fácil, rutinario y cómodo, cuando se presente algún cambio inesperado, se verá incapaz de solucionarlo. ¿Y qué sucede entonces? El animal comienza a segregar una serie de hormonas con las que pretende anteponerse a la confrontación que supone una variante en su realidad, y al no conseguir dicha adaptación es cuando hace su acto de aparición el temido estrés.

Gatos con estrés | Argos

Síntomas del estrés de mi mascota

Como pasa con cualquier afección, ya sea en el reino animal o en los humanos, cuanto antes se sepa, mejor, porque antes se podrá dar comienzo al tratamiento que recomiende tu veterinario en Albacete. Por ello es importante que prestes atención a tu gato y te fijes en si tiene algún comportamiento poco habitual. Los síntomas son muy variados, pero hay unos cuantos que suelen ser los más frecuentes y habituales.

– 1. Enfermedades infecciosas. Todas estas hormonas segregadas con el estrés que mencionábamos unos párrafos atrás pueden provocar que los glóbulos blancos no funcionen de forma óptima, lo que deriva en un sistema inmune que no actúa a pleno rendimiento. Si aprecias que tu gato no ha terminado de soltar una enfermedad infecciosa y seguidamente agarra otra, es posible que estés ante una situación de estrés.

– 2. Cambios en el comportamiento. Si tu gato, muy bien domesticado y que se comporta bien en casa, empieza a orinar fuera de la caja, o sufre estallidos impulsivos de agresividad, estás ante un síntoma claro del estrés. Otro indicativo evidente sería el marcaje excesivo por toda la casa, señal de que sienten que deben volver a conquistar su territorio y retomar el control.

– 3. Ansiedad. Al sufrir estrés y no hallar una respuesta clara de cómo hacerle frente, el minino puede desarrollar fuertes episodios de ansiedad. Estos van desde la muestra de fobias que antes no existían, lamerse en exceso las distintas partes de su piel, o comer de pronto objetos o telas que nunca antes le habían despertado interés.

estrés en tu gato

– 4. Alimentación. El estrés puede atacar al animal de formas distintas, en lo que se refiere a la nutrición, al igual que nosotros. Unos comen de forma compulsiva y vomitan continuamente, y, en cambio, otros dejan de comer y pierden el apetito, incluso con sus alimentos predilectos. Ambos extremos son preocupantes y pueden tener efectos perjudiciales en su salud.

Sin embargo, esos no son todos los signos de estrés que puede mostrar un gato y, por tanto, hay veces que llega a ser algo complicado comprender cuál es el problema que está sufriendo. Por ejemplo, un gato estresado puede comenzar a sobre acicalarse hasta el punto de causar calvas en su pelo. Este comportamiento se llama alopecia psicógena, y es un claro indicativo de que algo en su ambiente le está causando angustia.

Los cambios en los patrones de vocalización también indican estrés. Un gato puede comenzar a maullar más de lo normal, o su maullido puede volverse más agudo o persistente. Estos cambios suelen ser respuestas a la ansiedad o incomodidad que están experimentando.

¿Cómo soluciono este estrés?

El tratamiento del estrés en los gatos no es único ni inmediato. Cada caso es distinto y requiere un enfoque personalizado pero, aun así, hay algunas acciones que pueden marcar una gran diferencia:

  • Crea un entorno predecible: Los gatos agradecen la rutina. Intenta mantener los horarios de alimentación, juegos y limpieza de su arenero lo más estables posible.

  • Enriquece su entorno: Añadir rascadores, zonas elevadas, juguetes interactivos o incluso cajas de cartón puede ayudar a reducir su ansiedad.

  • Feromonas sintéticas: Productos como los difusores de feromonas pueden ayudar a que el gato se sienta más tranquilo, sobre todo si hay cambios en casa.

  • Consulta al veterinario: En casos más graves, puede ser necesario un tratamiento específico, como tranquilizantes naturales o, en última instancia, medicamentos.

Mi gato tiene estrés

Ayuda a tu gato a socializar

Conseguir que tu gato socialice adecuadamente desde sus primeros meses de vida es muy útil para prevenir comportamientos de miedo o agresión en otros momentos de su vida. Lo ideal es exponer al gato a una gran variedad de personas, situaciones y otros animales de manera controlada y positiva, lo que les ayuda a desarrollar confianza y a reducir su ansiedad en situaciones nuevas o desconocidas. Puedes empezar a generar contacto con amigos y familiares poco a poco, para asegurarte de que cada interacción sea positiva.

La adaptación a cambios también es fundamental, ya que los gatos son particularmente sensibles a las alteraciones en su entorno. Cuando tenemos cambios en casa, como una mudanza, la llegada de un nuevo miembro de la familia o incluso muebles nuevos, es importante hacerlo de forma gradual. Así podemos ayudar a los gatos a adaptarse usando productos que imiten las feromonas felinas para reducir el estrés y mantener las mismas rutinas tanto como sea posible.

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